La arquitectura religiosa en Portugal es un testimonio elocuente de su rica historia y patrimonio cultural. Las iglesias del país reflejan una amplia gama de estilos arquitectónicos, desde el románico y el gótico hasta el manuelino, el barroco y el neoclásico.
Cabe mencionar que, históricamente, el Catolicismo ha tenido un rol muy relevante en la nación lusa. Ello se refleja en que, en casi todos los pueblos de Portugal, las iglesias tienen un lugar prominente, ya sea en la plaza principal, o bien en una colina con vista hacia otras localidades. Hoy en día, la mayoría de la población -un 80%- se considera católica.
A continuación, se destacan cinco de las iglesias más hermosas de Portugal, cada una representativa de diferentes periodos y estilos arquitectónicos.
1. Mosteiro dos Jerónimos (Monasterio de los Jerónimos)
El Monasterio de los Jerónimos, situado en el barrio de Belém en Lisboa, es un excelente ejemplo del estilo manuelino, una variante del gótico tardío que incorpora elementos náuticos y exóticos. Este monumento fue construido en el siglo XVI para celebrar el regreso de Vasco da Gama de su viaje a la India y la expansión marítima de Portugal. La iglesia del monasterio, dedicada a Santa María de Belém, es conocida por su intrincada ornamentación y su impresionante portal sur, esculpido por João de Castilho. En 1983, el Monasterio de los Jerónimos fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
2. Sé de Lisboa (Catedral de Lisboa)
La Catedral de Santa María Maior, comúnmente conocida como la Sé de Lisboa, es la iglesia más antigua de la ciudad, fundada en 1147 tras la reconquista de Lisboa. La catedral combina elementos románicos y góticos, con una fachada fortificada que incluye torres gemelas y un rosetón central distintivo. El claustro gótico, añadido en el siglo XIV, es especialmente notable. La catedral ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, especialmente tras el terremoto de 1755, que dañó gran parte de la estructura original. La Sé de Lisboa es un símbolo perdurable de la historia religiosa de Portugal.
3. Igreja de São Francisco (Oporto)
La Iglesia de San Francisco en Oporto es un notable ejemplo del barroco portugués. Fundada en el siglo XIII como parte de un convento franciscano, la iglesia fue transformada en el siglo XVIII. Su interior es famoso por el uso abundante de oro, con tallas elaboradas que cubren paredes, techos y columnas. El retablo mayor, obra de Manuel Pereira, y el Árbol de Jesé, una pieza maestra de escultura en madera, son elementos sobresalientes que ilustran el esplendor del barroco portugués.
4. Mosteiro da Batalha (Monasterio de Batalha)
El Monasterio de Santa Maria da Vitória en Batalha es una obra maestra de la arquitectura gótica tardía y manuelina. Este monasterio fue construido para conmemorar la victoria en la Batalla de Aljubarrota en 1385. En 1983, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La iglesia presenta una nave alta y estrecha con impresionantes vidrieras y un rosetón. Las Capillas Imperfectas, añadidas en el siglo XV, y el Claustro Real, decorado con motivos manuelinos, son de una belleza arquitectónica notable.
5. Santuário do Bom Jesus do Monte (Santuario del Buen Jesús del Monte)
El Santuario del Buen Jesús del Monte, ubicado en Braga, es un notable ejemplo de la arquitectura neoclásica y barroca. Construido en el siglo XVIII, el santuario es famoso por su impresionante escalinata barroca, que asciende 116 metros y está decorada con fuentes, estatuas y capillas que representan el Vía Crucis. La iglesia, situada en la cima, ofrece una vista panorámica de la ciudad y sus alrededores. En 2019, el Santuario del Buen Jesús del Monte fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Lugares de una belleza incalculable, muestra de cómo el arte se une con lo devocional, estas iglesias -y muchas otras que por espacio no hemos nombrado- son sin duda uno de los tantos atractivos que ofrece Portugal.
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