Actualmente, tener más de una nacionalidad, y junto con ello más de un pasaporte, es una posibilidad real. Tiene sus ventajas, y por supuesto, también tiene consecuencias. Por ejemplo, implicaciones tributarias. Pero ¿qué pasa con mi nacionalidad original al adquirir una nueva? ¿La pierdo? ¿Puedo tener más de una nacionalidad?
Partamos por señalar que la nacionalidad es un derecho de toda persona; así lo afirma la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A su vez, otros instrumentos internacionales, como el Pacto de San José, establecen que cambiar de nacionalidad también es un derecho.
Esta no fue siempre la mirada; en la primera mitad del siglo XX, el Derecho Internacional privilegiaba un enfoque según el cual una persona solamente podía tener una sola nacionalidad, y que era potestad de los Estados otorgarla. Actualmente, se mantiene el principio de que son los Estados los que deciden quiénes son sus nacionales, pero contemplando esta noción de la nacionalidad como un derecho, y abriéndose a la posibilidad de que un individuo pueda tener dos nacionalidades.
Según el Dual Citizen Index 2024, elaborado por el sitio web Citizen X, en el mundo existen 144 países que permiten la doble nacionalidad; 53 la rechazan y 29 países aceptan doble nacionalidad, pero con excepciones o limitaciones.
En el caso de nuestro país, si eres chileno de origen (hijo de padre o madre chilenos) no pierdes la nacionalidad chilena por nacionalizarte en otro país. Esta solo se pierde por renuncia voluntaria ante autoridad competente.
Además, existe un tratado de doble nacionalidad entre Chile y España, que data de 1958, y que otorga a los ciudadanos de ambos países la posibilidad de adquirir la nacionalidad chilena o española, según corresponda, “sin perder por ello su anterior nacionalidad”. Es el único convenio de este tipo suscrito por nuestro país.
Cada país tiene sus propias reglas. Portugal, por ejemplo, reconoce la doble nacionalidad, y permite conservar la original si la legislación del país de origen lo permite.
España, por su parte, permite adquirir la nacionalidad española sin renuncia a quienes provengan de países iberoamericanos -aquellos en los que el español o el portugués sean una de las lenguas oficiales- o de Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal. Es interesante notar que, para estos efectos, Haití, Jamaica, Trinidad y Tobago y Guyana no se consideran iberoamericanos, mientras que Puerto Rico sí.
Italia, Malta, Grecia y Chipre se cuentan entre los países europeos que aceptan la doble nacionalidad sin restricciones ni necesidad de renuncia.
Como firma especializada en movilidad internacional, en AIM Global contamos con un experimentado equipo para ayudarte a obtener una segunda nacionalidad en Europa.
Ya sea por descendencia, como por ejemplo mediante la Ley de Nietos española, o si eres nieto de portugueses que no hubieren perdido su nacionalidad, o a través de otros visados, como la Golden Visa o las visas vinculadas a emprendimientos, en AIM Global tenemos todas las herramientas para ayudarte.
Agenda ya una reunión con nuestro equipo y no postergues más tu sueño de ser un ciudadano del mundo. Con nosotros es posible.