Portugal no solo ofrece grandes oportunidades a los inversionistas: también tiene ventajas para emprendedores. La idea no es solo atraer capital; también se busca crear empleo e invitar a profesionales altamente calificados a desempeñar en el país.
Como parte de este respaldo a la innovación y al espíritu emprendedor, existe la posibilidad de obtener el pasaporte a través de la creación de una empresa en el país, mediante la llamada “startup visa”.
Esta es definida por la ley como “un programa de acogida a emprendedores extranjeros que deseen desarrollar un proyecto empresarial y/o de innovación en Portugal, con vistas a la concesión de un permiso de residencia”.
Este visado se aplica tanto a personas que aún no han creado su empresa, como a quienes que ya cuenten con emprendimientos en sus países de origen y quieran llevar su negocio al país luso.
Entre los requisitos de postulación, la Agencia para la Competencia y la Innovación (IAPMEI) debe emitir un documento que acredite la firma de un contrato de incubación con una incubadora certificada en conformidad con la ley.
A diferencia de la Golden Visa, acá no existe un monto mínimo de inversión. Sin embargo, se debe contar con suficiente capital como para dar inicio y sostener tu emprendimiento. Esto incluye el pago de impuestos corporativos en forma anual, así como el pago de contribuciones a la seguridad social. También se debe proporcionar una declaración que confirme tu intención de invertir en Portugal, detallando el tipo, valor y duración de la misma.
El interesado también debe acreditar que cuenta con suficientes recursos económicos como para mantenerse en Portugal por un año; es decir, tener ingresos equivalentes a un salario mínimo anual, aproximadamente €9.840. Si se va a aplicar a la visa con un cónyuge, se necesita tener, además, una cantidad equivalente al 50% de un ingreso mínimo anual.
Otros requisitos incluyen ser mayor de edad, no tener antecedentes criminales y contar con un lugar de residencia en Portugal, ya sea adquiriendo un bien raíz, o con un contrato de arrendamiento por un período mínimo de un año.
También es necesario que el postulante obtenga un Número de Identificação Fiscal (NIF), portugués; debe abrir una cuenta comercial en un banco portugués; constituir una sociedad limitada en Portugal; tener asesoría de un contador familiarizado con las leyes fiscales portuguesas y presentar un plan de negocios.
Una vez obtenida la visa, esta autoriza a la residencia en el país luso. Lo interesante es que, tras residir legalmente durante 5 años, el individuo puede solicitar la ciudadanía y, por ende, el pasaporte.
Tener la posibilidad de obtener un pasaporte que te otorgue la entrada a los 27 países que componen el espacio Schengen no es la única ventaja para ti como emprendedor. Al revés de otros países europeos, las empresas en Portugal no enfrentan un proceso largo de registro del IVA para obtener un número válido en transacciones intracomunitarias. Este número se genera automáticamente al hacer la iniciación de actividades.
Ya hemos mencionado anteriormente el pago anual de impuestos corporativos; sin embargo, regiones como Madeira o las islas Azores cuentan con regímenes fiscales especiales, con sustantivos descuentos.
Son muchos los aspectos ventajosos que tiene el llevar tu emprendimiento a Portugal. Y para el éxito de una gestión como esta, es necesario contar con los mejores profesionales.
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