La posibilidad de acceder a la nacionalidad portuguesa mediante la llamada “Ley Sefardí” ha sido de gran interés para los latinoamericanos, que ven en esta normativa la opción de tener un pasaporte europeo, con todas las ventajas que ello implica.
Recordemos que, en 2015, Portugal aprobó la ley 30-A/2015, que permite otorgar la nacionalidad a los descendientes de judíos sefarditas expulsados durante la Inquisición. El principal requisito es demostrar la línea de parentesco; además, hay que demostrar un vínculo con el país y no tener antecedentes penales.
Debido al interés por saber más sobre el tema, aparecieron diversas listas de apellidos con posible origen sefardí publicadas en la prensa, no siempre citando fuentes fidedignas.
Pero incluso cuando las publicaciones contaban con opiniones de expertos, muchas personas se mostraban escépticas. ¿Cómo podía ser que apellidos aparentemente ingleses como Edwards o Mackenna, o de origen vasco como Undurraga o Echeñique, tuviesen un ascendiente judío sefardí?
Para resolver esto acudimos nuevamente al experto y genealogista jefe de AIM Global, Francisco de Segovia, quien de inmediato aborda la cuestión: “Efectivamente, los apellidos citados son, según sea el caso, de origen vasco (Echenique, Undurraga, Urzúa, Hurtado, etc.), gallego (Puga, Novoa, Rivadeneira, por mencionar algunos), castellano (Carvajal, De la Cerda, Riveros, Fuentes) o irlandés (por ejemplo, Mackenna, O’Shee); lo que sucede es que los fundadores de esos apellidos en Chile se unieron tempranamente a familias de origen ibérico -español o portugués- que, por alguna de sus líneas, tenían un remoto ancestro sefardita.”
Para efectos de esta ley de nacionalización, explica De Segovia, “es fundamental acreditar el vínculo con algún antepasado de este origen y por eso se solicita acreditar con un informe genealógico (documentos históricos) esa relación”.
“Los apellidos que se citan han sido ampliamente estudiados y es relativamente menos complejo acreditar sus genealogías”, aclara el experto. “Ahora, ese vínculo, no convierte a esas familias en judías, simplemente acredita que entre los numerosos ascendientes de una persona (vascos, gallegos, alemanes, mapuche, entre otros), pueda existir algún ancestro en la península ibérica, asociado a los sefarditas, que les permita optar a esa visa”.
Se dice que existe un alto porcentaje de la población chilena -casi un 80 por ciento- que podría postular a la nacionalidad portuguesa bajo los términos de la “Ley Sefardí”. ¿Por qué sucede esto?
Al respecto, el genealogista afirma que “dado que en Chile, un gran porcentaje de la población proviene de españoles de los siglos XVI y siguientes, como los Valenzuela, Moraga, Jufré, entre otros, existe una alta probabilidad que un/a chileno/a tenga esta ascendencia”.
“Actualmente, los casos que se han validado con éxito, por ejemplo, son los descendientes de los conquistadores Diego García de Cáceres y Juan Jufré y Montesa, que provenían respectivamente de cristianos nuevos (o judeoconversos), por el lado paterno, el primero, y por el lado materno, el segundo”, agrega.
Finalmente, le preguntamos a De Segovia acerca de la importancia de conocer o saber de nuestros ancestros, sea que efectivamente haya un origen sefardí o no.
“Las personas, con independencia de nuestro origen o de nuestra experiencia vital, siempre hemos buscado en el pasado respuestas para comprender nuestra existencia y el devenir histórico de la humanidad”, señala el experto, “de tal manera que parece natural descubrir en nuestra propia historia familiar la memoria necesaria para identificar la experiencia, los oficios, los intereses o las motivaciones de nuestros antepasados”.
“La posibilidad de conocer hoy sus nombres y sus historias, en un mundo globalizado, siempre abrirá oportunidades más allá de la burocracia y lo que determinen las naciones y sus leyes. Hoy, son los descendientes de sefardíes, mañana podrán ser otros grupos alrededor del globo, lo que nos permitirá profundizar en nuestras raíces, observando nuestra cultura a través del tiempo”, finaliza.
Si te interesa profundizar en los requisitos para acogerse a la Ley Sefardí, o bien ya decidiste que quieres iniciar el proceso, agenda una reunión con nosotros. Puedes iniciar la investigación exploratoria desde Chile; nuestro equipo te acompañará durante todo el proceso.