
Cambios a normas de nacionalidad italiana: últimas novedades
A fines de marzo, el gobierno de Giorgia Meloni emitió un decreto, conocido como Decreto Tajani, que endurecía las reglas para obtener la nacionalidad italiana por ius sanguinis (descendencia).
Tras un debate no exento de polémicas, este 20 de mayo la Cámara de Diputados aprobó la norma, que, en términos sencillos, restringe la obtención de la nacionalidad solamente a hijos y nietos de italianos nacidos en el país, que no hubieran renunciado a su nacionalidad italiana.
Para muchos políticos opositores, el decreto era inconstitucional, pues niega el derecho a la nacionalidad a miles de personas: se calcula que más 80 millones de descendientes de italianos están repartidos por todo el planeta. 1,3 millones de ellos viven en nuestro país.
Nacionalidad italiana por ius sanguinis: consecuencias del decreto
El primer y más evidente efecto es excluir de la nacionalidad a bisnietos y tataranietos, que hasta antes de esta norma podían optar sin limitaciones.
Para quienes ya se encontraban haciendo sus trámites de naturalización, la redacción final del decreto les otorgó un pequeño respiro. Si la solicitud, con documentación completa, fue presentada antes del 27 de marzo de 2025, y antes de las 23.59, hora de Roma, esta seguirá siendo tramitada según la ley antigua.
Esta fecha de corte también beneficia a quienes hayan tenido su cita consular ya asignada al 27 de marzo, aunque la cita haya quedado agendada para más tarde.
El diario argentino Clarín señala que, según cifras extraoficiales, de 40.000 a 60.000 solicitudes de ciudadanía italiana están actualmente en curso en el vecino país. La mayoría de los casos son de bisnietos.
El decreto Tajani también introduce la exigencia del “vínculo efectivo” con Italia. Esto puede incluir la residencia legal en el país durante al menos dos años antes del nacimiento del hijo que reclama la nacionalidad, o bien la participación en actividades cívicas, como votar o renovar documentos italianos cada 25 años.
Finalmente, los trámites de nacionalidad ya no se realizarán en los consulados, centralizándose en una oficina específica en Roma. Se espera que esta se encuentre plenamente operativa durante 2026.
Otros caminos a la nacionalidad italiana
Es importante destacar que la obtención nacionalidad por matrimonio, así como para niños menores, se mantienen sin cambios.
En el caso del matrimonio, se debe comprobar el vínculo por al menos tres años, si la pareja vive fuera de Italia, o por dos años si residen en el país. Si la pareja tiene hijos, los plazos se acortan a la mitad.
En cuanto a los hijos menores de edad de ciudadanos italianos, estos obtienen la nacionalidad si uno de los padres declara su voluntad de transmitirla. Se adquiere automáticamente si dicha declaración tiene lugar antes de que el niño/a cumpla un año. En caso contrario, se necesitarán dos años de residencia legal continua en Italia.
Para los bisnietos o tataranietos que no alcanzaron a iniciar ningún trámite antes del 27 de marzo, existe una opción. Deben fijar residencia legal en una comuna italiana, obteniendo un permesso di soggiorno, por dos años.
Transcurrido este plazo, pueden pedir la nacionalidad. Sin embargo, aún deben demostrar el vínculo de descendencia, así como los demás requisitos que establece la ley.
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