Durante décadas, Estados Unidos fue considerado el destino por excelencia para los inversionistas chinos que buscaban seguridad, oportunidades educativas y crecimiento económico. Sin embargo, en los últimos años, esta tendencia ha empezado a cambiar. 

Factores como las tensiones geopolíticas, políticas migratorias restrictivas y una percepción de hostilidad hacia China están impulsando un cambio significativo en las preferencias de los inversionistas chinos, quienes ahora exploran nuevas oportunidades fuera del territorio estadounidense.

Fin del “sueño americano”

Según declaraciones de Henry Fan, CEO de Globevisa Group, en entrevista con IMI Daily, se está produciendo un cambio cultural entre los emigrantes chinos. Lo que antes era considerado un “destino de fantasía” ahora es visto con escepticismo.

La percepción de que Estados Unidos está adoptando una postura de “bullying” ha deteriorado su atractivo entre los ciudadanos chinos de alto poder adquisitivo.

La propuesta de la llamada “Gold Card” de la administración Trump —una residencia por donación de USD 5 millones con vía rápida a la ciudadanía— podría generar competencia internacional en el sector de movilidad por inversión. 

Sin embargo, incluso con incentivos fiscales, los expertos anticipan una demanda moderada si persisten las barreras culturales y políticas actuales.

Diversificación geográfica: España, Japón y América Latina

Frente a este panorama, los inversionistas chinos están ampliando su campo de acción y considerando alternativas más receptivas. 

En Europa, España ha ganado su atención, especialmente en el sector inmobiliario. La estabilidad política, la calidad de vida y, hasta hace poco, los programas de residencia por inversión, hacen de este país una opción atractiva. A esto se suma el creciente interés por otras jurisdicciones europeas como Portugal e Italia.

En Asia, Japón ha emergido como un destino clave, particularmente desde la pandemia. El concepto de “run-ology” —una expresión acuñada en redes sociales chinas para referirse al arte de emigrar— refleja una creciente conciencia y preparación entre los ciudadanos chinos para movilizarse hacia entornos más seguros y abiertos.

Según estimaciones de Henley & Partners, más de 13,500 millonarios chinos emigraron en 2023, muchos de ellos a Japón, en busca de estabilidad, educación para sus hijos y protección patrimonial.

Pero la diversificación no se limita a Europa y Asia. América Latina también está en el radar. Chile, en particular, ha fortalecido sus vínculos con China mediante acuerdos de libre comercio y colaboración económica. El mercado chileno se percibe como una puerta de entrada a Sudamérica, ofreciendo seguridad jurídica, crecimiento económico y una ubicación estratégica para las inversiones chinas.

Chile también destaca por la fortaleza de su pasaporte, considerado el más potente de América del Sur, con acceso sin visa a 175 destinos, incluidos EE.UU. y la Unión Europea. 

Además, los ciudadanos chilenos pueden ingresar a China sin visa desde junio de 2025. La relación bilateral entre ambos países es sólida, respaldada por el Tratado de Libre Comercio y su membresía en APEC. 

Para el gigante asiático, Chile representa un destino atractivo por sus ventajas migratorias, comerciales y geopolíticas.

Nuevas prioridades para los inversionistas chinos

Las motivaciones que impulsan a estos inversionistas a salir de su país han evolucionado. Ya no se trata solo de acumular riqueza, sino de garantizar estabilidad familiar, libertad individual y acceso a sistemas educativos y sanitarios de calidad. 

En muchos casos, estos factores superan el atractivo financiero que países como EE.UU. todavía podrían ofrecer.

En este contexto, los programas de residencia y ciudadanía por inversión que ofrezcan flexibilidad, entornos amigables y beneficios tangibles están mejor posicionados para atraer esta nueva ola de migración asiática. 

La tendencia indica una preferencia creciente por países que promueven el emprendimiento, el talento y la innovación, en lugar de aquellos que imponen barreras o restricciones geopolíticas.

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La pérdida de interés de los inversionistas chinos en Estados Unidos no significa una disminución en su impulso migratorio, sino una reconfiguración estratégica hacia destinos que combinan estabilidad, apertura y oportunidades reales. 

España, Italia, Portugal, y también países de América Latina, como Chile, representan hoy alternativas concretas dentro del nuevo mapa global de movilidad por inversión.

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